HISTORIA
Robert Wolcott, hijo del pastor protestante Robert Wolcott de la Iglesia Union Church de Monterrey, funda esta secta El Castillo del Rey.
Tiene 17 lugares de culto en la ciudad, el más grande está sobre la antigua Carretera Nacional, de Monterrey, México.
Esta secta ha crecido bastante, ya tienen mil miembros, parece ser que ya también están en Saltillo y en otras partes del norte de México, está controlada desde Texas.
El Dr. Raúl Gómez y Agustín Villarreal son los predicadores aunque tienen otros ministros.
Dan clases de Biblia, graban en video y en audio las predicaciones de sus ministros y los testimonios de los miembros, allí mismo tienen una cabina donde reproducen las cintas y las distribuyen, colaboran con artículos de prensa para el periódico evangélico Maná que circula entre los sectarios, evangélicos, etc., hacen campamentos para niños, conciertos y viajes para jóvenes, juntas y clases para adultos, renovación matrimonial, etc.
Tratan de convencer a sus compañeros de trabajo y a sus vecinos con un estilo de vida impecable: no beben, no juegan, no llevan una vida disipada, casi siempre convierten sus conversaciones en una prédica, cuentan como al convertirse al Señor su vida cambió, también cuentan de curaciones milagrosas.
Una vez que ingresan en la secta, les ocupan totalmente y así lo apartan del mundo que antes era suyo. Hay servicios y actividades en el templo cinco noches de la semana y los domingos están todo el día ocupados en la secta. Se trata de que los únicos amigos sean los de la secta; las únicas actividades sean de la secta, los únicos lugares que vaya uno sean los de la secta. A todos les insisten que tienen que ganar nuevos adeptos y para los jóvenes les organizan "misiones de evangelización" para que vayan captando, especialmente entre niños. Lógicamente esto divide mucho a las familias de los miembros.
El eslogan que más se escucha en los servicios es "¡dos mil templos para el año 2000, amén, amén, amén!", Esto les da excusa para su pesada recaudación de fondos entre los miembros y para insistirles que recluten de entre sus familiares y amigos.
El Castillo pide el 10% de sus ingresos al año a cada miembro. Gran parte de ellos terminan por dan una gran cantidad de dinero al mes a la secta, sin saber jamás a donde va el dinero, se calcula que entre el 30% y 50% se aparta para el ministro, y eso no incluye otros donativos ni las inversiones que puedan hacer. Alguien preguntó que se hacía con el dinero que donaban, el ministro tomó el micrófono y dijo "Abra su Biblia en tal sitio y leerá: Nunca pregunten a los levitas que hacen con los bienes de Dios. El dinero no es de Uds., proviene de Dios, Uds. sólo le regresan a Dios lo que es de Él".
Los del Castillo, como todos los pentecostales, reducen la fe cristiana a unas dos o tres ideas. La primera es la idea de que el Espíritu Santo hace signos milagrosos en los miembros de la secta. Estos signos pueden ser el bautismo en el Espíritu, el don de lenguas, las profecías y las visiones, o las curaciones milagrosas.
El bautismo en el Espíritu es la última etapa en el proceso de salvación. Es necesario recibir el Espíritu y, normalmente, alguno de sus dones visibles, para saber que está salvado y para sentirse realmente de la secta. Todos los servicios tienen como fin ayudar a los miembros a recibir o, si ya lo han recibido, recalentar la invasión del Espíritu en sus vidas. De ahí todos los gritos y lloriqueos de los pentecostales, como si todo fuera emoción y sentimiento y dones especiales.
Mucha gente termina por fingir un arrebato del Espíritu o por autosugestionárselo por miedo de que si no dan muestras de los dones de la misma forma que todos los de la secta, no vayan a ser cristianos de verdad.
Las curaciones son muy importantes en el Castillo. Los ministros usan los testimonios de los que dicen curados para "probar" el poder de la secta a los demás miembros. En estos testimonios parece que el demonio es siempre la causa de la enfermedad y que es solo la fe de uno que le puede librar. ¿Será más una experiencia psicológica o emocional que una curación milagrosa de enfermedades? Eso no quiere decir que la gente sea sincera, pero es poco razonable basar su fe o su entrega a una secta en una experiencia tan poco probable. Hay muchos casos de fraude y engaño entre los curanderos protestantes.
Otra cosa que enseñan en el Castillo es que la Biblia es la única norma de fe para un cristiano. Dicen que cada uno podrá comprender lo que Dios quiere de él con solo abrir la Biblia, porque el Espíritu hablará a su corazón. Esta idea es parcialmente correcta... pero solo parcialmente, sin embargo en ningún sitio está escrito que la Biblia en sí basta para la fe del cristiano, Cristo nunca lo dijo. ¡Los primeros cristianos no lo entienden así, ellos ni tenían la Biblia completa todavía!
Por otro lado, si cada cual puede entender la Biblia por sí mismo, ¿porqué los ministros del Castillo dedican tantas horas a la semana para explicársela a sus adeptos? Uno de los adeptos dijo que había tenido una visión que el Señor le mandó para poder comprender su Palabra, ¿y los que no tenemos visiones como la comprenderemos? En fin no todo es tan sencillo como quisieran hacernos creer.
Los del Castillo dicen que no son de ninguna denominación, es decir, de ninguna iglesia organizada, sino que son puros cristianos como los que vivían con Cristo. Pero se olvidan de que Cristo quiso fundar su Iglesia sobre Pedro y que a él y a los demás apóstoles les dejó la tarea de formarla, Cristo dejó una autoridad para enseñar y guiar a los creyentes, sabiendo que si dejara a cada uno interpretar la Biblia como cada uno quisiera, habría una confusión terrible de muchos grupitos y no solo un rebaño como El quiso, esta confusión es lo que se ve hoy en las sectas. |