Reflejo de Mamá.

 
 
Reflejo de Mamá.©
 
Autor: Alan Josué Saldaña García Fuente: www.EducarEsAmar.com
 Contacto del Autor: asaldanag@EducarEsAmar.com

 
 El secreto del amor y por tanto de la felicidad, se encuentra en lo más sencillo y común del mundo, con la lógica que se deberá profundizar y entrar por completo en cada acto a realizar, no es como muchos pensaríamos algo difícil o totalmente extraordinario fuera de nuestro alcance. La oración y el servicio hacen la vida plena, cada uno en la misión que Dios le ha mandado en esta vida para crecer como personas e hijos de Dios, para acrecentar el Reino de Dios, con ello se llega a la fe y con la fe al amor, un amor real y puro fuera del pensamiento humano  actual, sino al de Dios porque Dios es amor y el amor es Dios. Toda esa misión se vuelve fácil, sencilla y plena. 
 
Cuando no se vive realmente el servicio ni la oración, la fe se ve como una obligación o una tradición y el amor se corrompe con una visión ilimitada y en una pequeñísima porción en que se representa que es sexual solamente fuera de su origen y realidad completa que es Dios, todos estamos para ayudar, servir y así vivir nuestra fe, cada uno de nosotros nos entregamos a ese servicio en totalidad a nuestra Iglesia y a Dios, por medio de nuestra vocación tanto profesional, laboral, intelectual y/o sacramental, con las mismas limitaciones y caídas normales que todos tenemos, pero que por amor a Dios, con esa esencia viven su fe y la acrecientan, levantándose y no poniendo nuestras limitaciones y debilidades como una escusa o justificación para seguir realizando  continuamente esos actos negativos e ir poco a poco o a pasos acelerados acrecentándolos. Con ello, una vez cimentada la fe logramos ver, experimentar, vivir, convivir, y tener presentes el amor. Que se refleja en infinidad de lugares, en el papá, en los hijos, en los abuelitos, en los primos, amigos, profesores, en un buen sacerdote, religioso, en una buena religiosa, entre miles de ejemplos más, pero que quiero sobresaltar uno elemental e importantísimo. Y ese amor que se puede ver, tocar, y vivir no es más que Dios, el reflejo, sentimiento y vivencia misma de Dios, porque si Dios es amor, el amor  es el mismo Dios que se deja ver, sentir y vivir por medio de su creación, de sus hijos.
 
Una parte de ese amor en donde se vive y se ve y experimenta a Dios es en nuestras madres, que nos han ofrecido el don de vivir, que nos ayudan incondicionalmente y se han entregado completamente a nosotros, ya sea como amas de casa a nuestro servicio total, o como madres  de hogar y laboral para ofrecernos y darnos con sacrificios y sudor una buena educación, una buena alimentación y todo aquello que tenemos, pero sobre todo el amor y entrega de todas la madres a sus hijos e hijas, recuerden que aunque nuestra madre parezca lejana, no amorosa, nos ama profundamente aunque por la edad o las situaciones en que estemos en algunos casos, no lo parezca, la mejor prueba de que te ama, es que dejo que vivieras y nacieras y no te ha abandonado como a miles de niños que andan en las calles del mundo sufriendo. En este  mes  y próximo domingo, pues en que muchos festejaran a su mamá y otros en otras fechas pero casi  todos en este mes de mayo, oren por sus madres y demuéstrenles su amor, recuerden también que tenemos una madre espiritual que nos auxilia, cuida y protege siempre así que por medio de María pidámosles a Dios salud y amor a nuestras queridas mamás que nos dieron la vida y nos han cuidado por muchos años.
 
Los hijos son uno de los regalos, milagros y dones de Dios hacia nosotros, pero no hay mejor creación, regalo y milagro real de nuestro Dios  hacia toda la humanidad que nuestras madres, porque ellas no solamente son hijas, sino dan al mundo vida, y llevan con ello, la responsabilidad más grande. Ofrecer una vida a Dios y al mundo en el buen camino, es por ello que ellas se entregan completamente a nosotros, dan su vida total a nosotros, nos cuidan, protegen, alimentan, crían, nos visten, curan y están a nuestro lado toda su vida aun cuando nosotros crezcamos, nos casemos o vivamos nuestra vocación, ellas siempre estarán ahí pendientes, protegiéndonos y cuidándonos, como cuando eran pequeños e indefensos. Porque son ellas nuestros ángeles en la tierra, y nuestro mayor regalo de Dios en esta vida.
 
Gracias Mamá por darnos tu vida y tú entrega incondicional.
 
Gracia Dios por darnos tu mayor muestra de amor, reflejada en una mujer, que vive y es lo más grande de este mundo.

Contacto del Autor: asaldanag@EducarEsAmar.com

©Todas las reflexiones contienen Derechos de Autor. (RPDA)
No pueden ser publicadas y copiadas las reflexiones sin permiso previo de su autor por escrito. En cada una se marca su autor y forma de contacto.