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Todos son iguales, es lo mismo, ¿No?

28 Mar 10 - 10:34







Todos son iguales, es lo mismo, ¿No?

 

Autor:  Alan Josué Saldaña García   Fuente: www.EducarEsAmar.com

 

¿Todos son los mismos, todos son iguales, todos predican y llevan a  lo mismo?, ¿no? Retumban estas palabras a lo largo y ancho del mundo. Hay muchos retos, mucho que dar, que decir, mucho que llevar, ayudar y servir, pero solamente hay una razón y una VERDAD, para que yo entregue mi vida, mi tiempo y mi todo en ello.  Esa razón y verdad para que yo “desperdicie mi vida y juventud” (cómo alguna vez escuché) es gigante, es única, es incomprensible (sobrenatural) pero tan vivaz, tan fuerte y tan cierta.  No estoy aquí porque es en donde nací, crecí, tampoco estoy en donde todo es más fácil, “más comercial”, ni  porque es parte de mi cultura o por una simple rebeldía.

No estoy aquí por ninguna cosa de ello, estoy aquí por el AMOR. Un AMOR que es la VERDAD, no porque lo siento y más que convencido es porque estoy SEGURO porque lo vivo, veo y experimento cada día, cada segundo.

Yo creo, porque lo veo en todo lo que me rodea, en lo viviente, en lo más simple, en tu misma vida. En tus pecados que ahora son un pasado, en tu vida que ahora es una alegría, en tu sonrisa, en tus agradecimientos, pero también en tu tristeza, en tu desesperación, en tus problemas, en tus caídas, en tus fallas.  No necesito conocerte en persona, me bastan unas simples palabras, para ver ahí en ti, al verdadero Dios, por el cual vivo y me he entregado.

No en vano he dejado y dejaré a mi Padre, a mi Madre, a mis hermanos, a mi ciudad, a mis amigos, a mi patria, no en vano he dejado esa maravillosa y hermosa posibilidad de amar a una mujer, de compartir mi vida en ella y en la formación  de una familia, de tener hijos consanguíneos, de ser abuelo, de ejercer en plenitud sin ninguna responsabilidad exterior a ésta,  una carrera. No en vano he dejado tener bienes materiales propios, no en vano he dejado la tranquilidad de pensar en mí, para pensar en ti.

Eres tú, la razón mayor por la que me he  encontrado a la verdad, a la única verdad. He encontrado al verdadero Dios. No, no todos son iguales, no,  no todas las religiones son iguales, Ni siquiera todos los cristianos somos iguales. No. En ti lo he visto, en ti me he entregado, he dejado todo, en ti, porque en ti veo a Dios, en ti, experimento el verdadero y más puro amor, que me llena, que me es el todo. Deje todo para servir a Dios por medio de ti, de verte junto a Él en la otra vida. En la verdadera Vida. Para que sea un ejemplo viviente yo, y no puras palabras o escritos.  

La felicidad esta adentrarse a la verdad, que solamente es Dios. Del Dios que no nos exige, que no nos prohíbe y hasta ahí, sino en el DIOS QUE VIVE AQUÍ, en ti, que se representa en todo, que está con  nosotros, en el Dios que te prohíbe, pero te ama de verdad que te carga y ayuda. En el Dios que no te da concejos y se va, sino en el que te los enseña a realizar, en el que te impulsa, carga y anima a vivirlos. En el Dios que no te exige  orar y orar de alguna forma, solamente te pide que le digas Padre, y le ames por medio de los demás. En el Dios que no te castiga con reencarnaciones casi infinitas, ni te abandona aquí para haber si ahora si te da su amor en la otra vida, no. Creo en el Dios que en  esta vida te  habla y carga  infinitamente, las veces que sean necesarias,  aunque sea en tu último suspiro para que le escuches y lo aceptes, lo ames, porque Él jamás, leíste  bien JAMÁS, te abandona y mucho menos aunque seas el peor de los hijos te deja de amar aunque sea un poquito, jamás siempre te ama el 1000% de igual forma desde que naciste y desde antes de crear todo. Él te quiere con Él aquí y allá.

Creo en ese Dios de verdadero y 100% amor, un amor que se ve en su misericordia. En su ayuda, en su presencia.

Cierto, todas las religiones y dioses del mundo, nos hablan de un amor, nos hablan de la paz y la felicidad, pero solamente uno nos habla de un amor verdadero, único, grande y sin exigencias, porque es un amor del servicio de la entrega de Él a ti. Yo creo en el amor de Dios, yo creo en el amor de mi Señor, de ese amor único, de ese amor incomparable y exclusivo, que solamente se encuentra aquí, en Cristo y en especial forma en el catolicismo, porque no soy exclusivo, bien lo has leído, no soy exclusivo, no soy de los RICOS NI DE LOS POBRES, no soy de los de occidente ni de los de oriente, no soy de los de habla italiano, inglesa o española, ni de equis cultura o aquella, ni siquiera son exclusivo de los católicos, sino de todos, de todo el mundo, soy UNIVERSAL.

Estoy para ti, no importa si eres español, argentino, mexicano, estadounidense o chino, japonés, afgano,  israelita,   indio,  filipino, sudafricano o australiano, no importa si eres judío, musulmán, hindú, krishna, agnóstico, ateo o de cualquier denominación cristiana, ni importa tu clase social, intelectual, educativa. Solamente importas tú, simplemente por ser hijo aunque lo desconozcas o no lo vivas de Dios.

No tengo mi Templo, ni mi misa, ni mis celebraciones ni fiestas, no estoy ni está ningún sacerdote, Obispo, ni el Papa cerrados a ti, no te pido exclusividad, mis escuelas, hospitales, orfanatorios, casas hogar, Templos están abiertos a todos, a ti.

Ni siquiera te exijo creer en mí, ni en mi fe, Iglesia ni en mi Dios, solamente porque sé que en ti vive el amor de Él, porque estoy y estamos para ti, solamente para ti, porque en ti, ayudo, alabo y vivo en Dios.

Por ello y por mucho más vivo en el amor de verdad, lo vivo en ti, vivo al verdadero Dios. Mis errores  en ti,  el dolor y tristeza y caídas mías, como  fallas y pecados míos son mis más grandes dolores, qué más quisiera yo, que ayudarte en todo lo que pueda, qué más quisiera yo conducirte siempre en el amor de Dios. Qué más quisiera yo de poder ayudar a todo el mundo cada vez que camino, que voy a un lugar, esas personas desviadas, a esas personas que en sus miradas pidan a gritos creer en el amor de Dios, de vivir, de encontrar la verdad, prometo ser fiel a Dios siempre, fiel de verdad, estaré ahí para ti, porque sé que Dios confía en mí, porque Él  ME GUIA y soy yo simplemente un instrumento de su amor.  Y esa entrega es completa, tan completa que desde que dije sí a Dios lo dije de verdad,  para siempre, desde hoy, hasta mi muerte, ser instrumento de Él para servir a todos, a ti. No por otra cosa, no por juego, ni por experimentar, ni por beneficios propios, porque dije sí para servir, como sea, donde sea con quien sea, donde Dios quiera, porque desde ese momento, yo mismo me entregue a Dios como su esclavo, como su SIERVO. Para que Él entre en ti, para verte a ti en Él.

 

Una vez San Antonio de Padua, en una ordenación sacerdotal dijo la siguiente homilía, que yo sin temor alguno se los digo, es exactamente lo que desde ese sí a su llamado prometí, comencé a vivir y espero vivir ese día y siempre, para toda la eternidad aquí y junto a Él:

 

<<Estamos aquí, ahora para festejar, por estos jóvenes, que abrazan la Cruz de Cristo, que prometen ayudar a sostenerla. Es un momento al que se llega recorriendo caminos diferentes,  accidentados, persiguiendo la luz que ilumina la oscuridad de la noche.

 

La llama de la divina providencia. Está escrito que cada uno de nosotros sueña con ella en la noche y la procura al amanecer. Fue lo que hicieron estos jóvenes para llegar a la ceremonia de hoy.

 

Y es lo que hace quien se consagra la vida a CRISTO.

 

Abandona la mujer amada, olvida los amigos, decepciona al padre y abandona la madre. Deja los bienes del mundo, las riquezas, los viajes, la propia patria.

 

Pero no se siente solo. NO SE SIENTE MÁS SOLO. Donde quiera que va, va con ella, la mujer amada, el amigo, la madre, el padre, la patria.

 

Porque Cristo es la casa, Cristo es el descanso, la felicidad, la paz.

 

PORQUE LAS PREGUNTAS SON INFINITAS, pero la respuesta es una sola:

 

JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR. >>

 

Solamente Cristo es la casa, Cristo es el descanso, la felicidad, la paz. Descubiertos todos ellos y encontrados todos ellos en su amor. El cual yo seguí y entregue para servirte, para vivir a Dios, y por el cual yo te digo hoy no, no todos los dioses y religiones son iguales, todos quieren amor y paz, pero solamente uno no te lo dice así nomás, no te exige así nomas, no te pide más de lo que le puedes dar tú, ÉL TE AYUDA, CARGA, AMA, ESCUCHA Y QUIERE tal y como tú lo puedas y lo haces, tal y como tú seas, acércate a Él, vívelo, encuéntrale, déjate seducir y después dime sin temor alguno, ¿todos son iguales?

 

Como sé que ya es mucha lectura para todos, si tienes tiempo, y queremos reforzar o conocer más o aun no nos queda claro, la respuesta a ¿todos los dioses son iguales?, les recomiendo el siguiente video, una historia que muchos conocen, pero que aquí la vemos con una claridad tremenda:

 

http://videos-katholikos.es.tl/A-Man-Fell-in-a-Hole-_-Un-Hombre-Cay%F3-en-un-Hoyo.htm

 

Autor: Alan Josué Saldaña García   Fuente: www.EducarEsAmar.com

 

Contacto: asaldanag@educaresamar.com

 


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